La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana…

La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana la hice yo cuando tenía unos 12 años. Es una figurita de unos diez centímetros, en posición de buda sentado, las manos sobre las rodillas. Siempre me ha inspirado mucha paz. Me sorprendió que, después de tantos años, mi madre la guardara. Cuando me mudé aquí me la traje y, desde entonces, ha estado ahí. A medida que se acerca el día D, la miro más, como buscando una respuesta en su postura, como si esa sensación de paz pudiera ayudarme de alguna manera a superar este trance…

Hoy he vuelto a dormirme sobre el teclado. Sabía que tendría que despertarme antes para estar preparada porque se avecinaba el día D. Ya tengo todas mis cosas metidas en cajas… los chismes de la cocina, las cosas de menaje, la ropa, los libros… No ha sido mucho tiempo, casi 7 años, pero el suficiente para ver cómo he hecho míos un montón de sueños que no eran míos, los he puesto en marcha, me la he jugado y me he pegado la torta de mi vida… hasta ahora, claro. Es posible que, tal y como están las cosas, me pegue muchas más. Siempre he pensado que soy una persona optimista, que tras esta locura todo volverá a su sitio en algún momento…

La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana, de un marrón rojizo, ha visto ya muchas lunas y muchas aguas. Los cambios de estación la han ajado un poco, pero ahí sigue. Cuando él se marchó también estaba. Y me pasé horas mirándola, también entonces, pensando que habría alguna respuesta detrás de todo aquel embrollo.

Cuando se me acababan los ahorros de toda una vida trabajando, cotizando desde los 16 años, cuando se me acabó la prestación por desempleo, cuando me di cuenta de que a mi edad las cosas se ponían cada vez más difíciles… En todos esos momentos  solo podía pensar en una cosa: quién coño me manda a mí a comprarme un piso. Me dejé llevar… pensando que muy mal se nos tendrían que dar las cosas para no poder pagar la hipoteca. Luego llegó la separación. Asumir sola los gastos. El paro. La crisis…

La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana nunca se ha quebrado. Al contrario que yo. Cuando perdí mi trabajo (como si un trabajo se pudiera “perder”…)… Cuando me despidieron rescindiendo mi contrato en la empresa en la que trabajaba (mejor así) salí de allí pensando que ya encontraría alternativas. Y me puse a ello.

Al quedarme dormida sobre el teclado he soñado que la figura de barro deshacía su postura de buda sentado, se levantaba y empezaba a caminar por toda la casa, intentando encender alguna de las luces que no funcionan porque me la han cortado… Y al despertarme me he dado cuenta de que, efectivamente, acababan de cortarme la luz. Al principio pensé que era un corte general… Pero no. Bueno, total, una cosa menos. Aún puedo darme una ducha antes de salir para siempre de la que ha sido mi casa.

La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana es un ente vacuo, sin padres, ni hermanos, ni necesidades, sin tiempo ni dolor…

No tengo padres a los que regresar. No tengo hermanos a los que acudir. Tengo amigos que me echarán un cable unas semanas, tal vez unos meses, pero luego, el vacío… Sigo mandando currículums y yendo a entrevistas. Mientras, recuerdo al conjunto de personas que suele acudir a los comedores de Cáritas. Los veo pasar por mi calle. Algunos de ellos son alcohólicos y permanecen en el exterior del comedor, discutiendo vehementemente sobre cualquier cosa. Están muy deteriorados. De pequeña siempre pensaba que la vida podría llevarme por esos derroteros. Pensaba que podía caer en las garras de alguna adicción, o que podría tener que prostituirme por necesidad… Siempre he pensado que era una posibilidad. No lo descarto.

La figura de barro que está sobre el alfeizar de la ventana está empezando a caerme mal. Ahí, perfecta, tranquila, sin sueños… ¡Me están dando unas ganas de tirarla!

Me levanto, cojo la figura y la estrello contra el suelo justo en el momento en que la policía toca a mi puerta. Ya se cierra el círculo. Al menos este. Solo soy uno más de los 500 desahucios diarios que hay en este bendito país…

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