Érase una vez que se era, como todas las cosas que existen y existirán, una mariquita que querÃa perder sus manchas. Era esta una mariquita de un intenso color rojo, una coccinella de una variedad abundante, por lo que no se podÃa clasificar como ninguna especie en extinción. A esta mariquita, lo de no estar arropada por una ley le fastidiaba bastante, porque consideraba que una especie tan pequeña y de tan delicada estructura debÃa ser protegida por encima de otras especies más favorecidas como, por ejemplo, el elefante…
Hay que decir que esta mariquita era muy quisquillosa, protestona y quejica, que  nunca estaba contenta y que se pasaba el dÃa refunfuñando. Estas caracterÃsticas no suelen ser comunes en las mariquitas, que son, por naturaleza, coleópteros alegres y de un humor envidiable. Pero se ve que los genes de este insecto, al que todos llamaban Paco (hablamos de un espécimen macho) habÃan acumulado la mala leche de muchas generaciones anteriores.
Paco, pues, renegando de su estatus de mariquita «vulgaris», decidió ser diferente para pasar a ser bicho protegido. El plan era el siguiente: debÃa, en primer lugar, encontrar la manera de ocultar esos puntos negros que tenÃa sobre las alas (o élitros)… (más…)