Érase una vez que se era, como todas las cosas que han existido y existirán, un beso, perdido en unos labios, que querÃa salir al aire y vibrar con la intensidad que otorgan la pasión y el deseo.
QuerÃa ser este un beso dulce y prolongado, de esos que se hacen eternos y paran el tiempo, haciendo que nada de lo que hay alrededor sea más importante que ese instante, haciendo que sólo exista ese momento embriagador y certero.
No querÃa morir en una mejilla desconocida, en la superficie lejana de unos labios distantes, o perdido en el viento.
QuerÃa ser «el beso». (más…)